Michel Bras

"La cocina no tiene sentido, desde el punto de vista cultural si no esta relacionada con el hombre y su terruño. Mi terruño sobrepasa el espacio de los productos y está siempre atravesado por la subjetividad. Mi territorio, y por eso también mi cocina, son las emociones. La mía es una cocina de emociones que pasa, claro está, por los ojos, por la lengua, por el paladar, por el olfato, por el oído y, naturalmente, también por la cabeza. Pero todo, absolutamente todo tiene que salir del corazón"

Caminos

¿Qué soy, quién soy? ¿Hice algo con el potencial? ¿Trabajo en la dirección correcta? No cantan mis cuerdas la tonada. No entiende el que mira si mira desde el contexto en el que no me toca estar.

1+1=?

El camino más corto entre dos puntos es la recta, pero la cocina no son matemáticas...

Estoy bien

Ojos abiertos. El reloj suena. Cerebro en shock. Pensamientos lúcidos sobre cosas no tan lúcidas. No puedo dibujar con puntos las pausas. No puedo explicar este desasosiego.

Tú

El tiempo se desfigura cuando entras en escena, sencilla y llena de matices. Lo que me gusta de ti eres tú. Ayer eras mía, ahora tengo un recuerdo tuyo en mi paladar que no me deja respirar. Pero sin duda recorrer una y otra vez el mismo camino tortuoso es para mi una fuente de sonrisas infinitas. Quiero hacerte experimentar el placer más profundo. Voy a llevarte a comer lo más fascinante, voy a llevarte a la cama a no tener que disfrazarme. Voy a enseñarte quién soy, para que te sientes conmigo a paladear, lentamente las palabras. Quiero que los niños que un día fuimos vean rota la barrera que no existe y separa un momento de otro, para disfrutarte como eras y eres, simple y pura, deliciosamente imperfecta.

En dos capas

Lo extraño es que todos se coman cualquier libro basura, canción del verano, y no sean capaces de probar un alga o un pescado. ¿Es porque el gusto es un sentido intenso, con el que llegamos a sentir más profundamente (sea placer o asco) o porque no estamos abiertos a nuevas cosas? ¿O ambas?

Yo lo tengo claro.

Continuará...

El problema es anhelar. ¿Necesitamos a los demás? ¿Podemos olvidar esa necesidad?